Tristeza sin motivo aparente, llanto recurrente, desánimo, angustia, etc.

Duda constante, pensamientos invasivos,  fobias, compulsiones, etc.

Vínculos y relaciones: Violencia, proceso de duelo, dependencia emocional, infidelidad, conflictos familiares, etc.

Toma de decisiones, alteraciones en el dormir y alimentación, cambios de la edad, etc.

Problemas de identidad: Timidez, auto-rechazo, aislamiento, homofobia interiorizada, etc.

Estrés: Carga excesiva de problemas y dificultad para afrontarlos afectando la salud física y mental.

Etcétera.